De vez en cuando te sirves un vaso de agua y ésta se ve blanca, nubosa. O quizás lechosa sea un mejor término para describirla. Luego de unos segundos ¡se aclara milagrosamente! La opacidad puede deberse a que el agua en las cañerías se encuentra a mayor presión que cuando descansa sobre tu vaso o bien a las burbujas de aire en el agua. Como todas las burbujas en el agua, el aire sube a la superficie y se libera al ambiente, aclarándose el agua en el proceso. Hay veces que estas burbujas son muy pequeñas y es difícil distinguirlas. La apariencia lechosa, nubosa u opaca del agua cuando se aclara por sí sola se debe simplemente a esto: burbujas de aire. Este fenómeno es completamente inofensivo y no afecta la potabilidad del agua.

Usualmente esto ocurre (o resulta más evidente) cuando hace frío, porque la solubilidad del aire en el agua aumenta cuando la presión aumenta y cuando la temperatura disminuye. El agua fría contiene más aire que el agua caliente. En invierno el agua viaja desde los estanques que están fríos y se calienta en su viaje a la llave y al salir de ésta. Parte del aire contenido en el agua ya no es soluble en el agua y se separa de ella.
También la presión tiene algo que ver con todo esto. El agua en las cañerías está presurizada hasta cierto punto (lo cual ayuda al agua a llegar desde los estanques hasta tu casa). El agua presurizada contiene más aire que el agua que no está presurizada. Una vez que el agua sale de la llave, ésta ya no está bajo presión y el aire salen de la solución en forma de pequeñas burbujas (de manera muy similar a cómo una bebida de fantasía suelta burbujas una vez se abre su botella). La única acción requerida es dejarla descansar en un contenedor abierto como un vaso y dejar que las burbujas desaparezcan naturalmente.
Fuente original: